
El ministro Jorge Montero (Energía y Minas), uno de los integrantes de más perfil bajo del Gabinete, ha tenido una semana en la que ha recibido una inusual dosis de exposición.
El lunes, los reflectores se posicionaron sobre él luego de que se conociera que el gobierno había decidido extender el Reinfo por otros seis meses –hasta finales del 2025– e incluir la posibilidad de que, en caso de fallecimiento, el registro pueda cambiar de titular “por sucesión”. La figura, que ha pasado a conocerse como “Reinfo hereditario”, ha recibido severas críticas de los gobiernos regionales, de los especialistas, de los gremios del sector e inclusive del Congreso, donde no solo algunos congresistas han pedido su derogación inmediata, sino que se ha presentado una moción firmada por miembros de diferentes bancadas para interpelarlo por este asunto.
Como si lo anterior no fuera suficiente para preocuparse, este Diario reveló que en el tiempo que lleva en el cargo –esto es, menos de seis meses– él o funcionarios importantes de su cartera se han reunido 42 veces con colectivos de mineros informales. En el caso de Montero, ha mantenido ocho reuniones con grupos como la Confederación Nacional de la Pequeña Minería y Minería Artesanal (Confemin), que se atribuyó nada menos que la caída del exministro del sector Rómulo Mucho como uno de sus logros. Pero el funcionario que más visitas ha recibido de estas organizaciones es Máximo Gallo, director de Formalización Minera del ministerio, quien –según fuentes consultadas por este Diario– reemplazó en enero a Mayra Figueroa por presiones de algunos grupos.
Además, según otras fuentes del sector, el ministro Montero habría decidido dejar en manos del Congreso la confección exclusiva de la Ley de la Pequeña Minería y de la Minería Artesanal (MAPE), que en teoría significará la liquidación del Reinfo. Como sabemos, la Comisión de Energía y Minas del Parlamento, encargada de preparar la propuesta, se encuentra claramente parcializada hacia los mineros informales, y su presidente, el congresista Paul Gutiérrez (Bloque Magisterial), ha defendido en los últimos días el “Reinfo hereditario”, afirmando que, “si muere el minero, el hijo tendría todo el derecho de continuar con esa actividad”.
Por todo lo anterior, es necesario que el ministro Montero explique el porqué de las asiduas reuniones de su gestión con colectivos de mineros informales. De lo contrario, las suspicacias –y los cuestionamientos– no dejarán de crecer y ello, tratándose de un asunto como la minería no formal, tan delicado para el país y que incluso ha costado vidas, es inaceptable.