El pleno del Congreso definirá esta semana el voto de confianza al primer ministro Eduardo Arana y, hasta el cierre de esta columna, todo hace indicar que el Gabinete Ministerial saldrá airoso de la presentación ante la representación nacional. Una vez más, presenciaremos una jornada larga con mucho discurso en rojo, pero con la mayoría de los votos en verde.

La atención sobre esta sesión de investidura siempre está centrada en los votos, y lo primero a tener en cuenta es que la confianza requiere solo de la mayoría simple de los congresistas asistentes a la sesión. La sesión del jueves 12 ha sido convocada de manera presencial, por lo que se pueden registrar varias ausencias, reduciendo así la valla mínima de votos requeridos para el Gabinete Ministerial.

De los tres anteriores presidentes de Consejo de Ministros que ha tenido el actual gobierno, dos (Alberto Otárola y Gustavo Adrianzén) salieron airosos con más de 70 votos en el pleno. Al entrar al último año de gestión, cabe la posibilidad de que el primer ministro Eduardo Arana obtenga pocos votos por el desgaste natural del período. En esa línea, podría pasar la valla con un rango de votación entre 64 y 70 votos.

En la historia unicameral, solo un titular de la PCM no salió airoso de su presentación ante el pleno: Pedro Cateriano, durante el gobierno de Martín Vizcarra, quien solo obtuvo 37 votos a favor frente a 53 en contra. En ese mismo gobierno, Salvador del Solar obtuvo el voto de confianza con apenas 46 votos a favor, 27 en contra y 21 abstenciones (la valla de votación más baja desde el 2000).

Lo que primará en la votación será el instinto de supervivencia de la mayoría de las bancadas. Negar la confianza al Gabinete Ministerial abre una puerta para que el gobierno vuelva a coquetear con la idea de la disolución del Congreso. Esto último es una carta que intentó jugar el ex primer ministro Gustavo Adrianzén, pero sin éxito. Y pese a que el presidente Eduardo Salhuana ha dicho que “no es posible plantear la disolución del Congreso ya habiendo sido convocadas las elecciones”, el miedo existe en la mayoría de sus colegas.

En el último tramo de la era unicameral, la mayoría de los congresistas no está dispuesto a perder todos los beneficios inherentes al cargo. Cada vez son más frecuentes las noticias que dan cuenta de la utilización de la estructura parlamentaria para favorecer, por ejemplo, la contratación de los partidos que controlan la Mesa Directiva: desde lo más general (como la denuncia de “Cuarto poder” sobre el acuerdo de Mesa Directiva para la planilla dorada de módulos de confianza) hasta lo más específico (la denuncia de El Comercio sobre las hermanas colocadas por APP en áreas del Congreso). Así, una vez más, quedará ratificada la coincidencia más grande entre el Congreso y el gobierno: la de sobrevivir hasta el fin del mandato, en julio del 2026.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Martin Hidalgo Bustamante es Jefe Editorial

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