Al acercarse el gran día, llega el momento de empacar la maleta del parto, un acto que no solo implica organización, sino también un paso emocional hacia el encuentro más esperado.
Al acercarse el gran día, llega el momento de empacar la maleta del parto, un acto que no solo implica organización, sino también un paso emocional hacia el encuentro más esperado.
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Durante nueve meses, tu cuerpo ha sido el hogar de tu . Cada semana que pasó fue una pequeña conquista: el primer latido, las primeras ecografías y esos movimientos suaves que luego se transformaron en pequeñas patadas llenas de vida. Poco a poco fuiste armado su mundo: , preparaste su habitación, compraste , un coche de bebé, ropa para sus primeros meses de vida, mantas y mucho más. También asististe a controles, leíste como nunca sobre , te emocionaste, pero también sentiste miedo. Porque el es eso: un viaje lleno de cambios profundos, tanto físicos como emocionales, que se viven a flor de piel.

Y cuando llega el tercer trimestre, tu empieza a sonar cada vez más fuerte. Es una etapa en la que se mezcla la ilusión de imaginar ese primer encuentro con tu bebé, la por lo que vendrá, el acumulado y un sinfín de dudas que rondan tu mente.

Y entonces, como una señal clara de que el gran día se acerca, aparece una tarea importante—y muchas veces postergada—: preparar la maleta para la clínica. Un bolso que no solo debe contener lo esencial para esos primeros días, sino también calma, previsión y cariño. Porque empacar para el no es simplemente meter cosas en una maleta, es también una forma de prepararte emocionalmente, de organizar tus pensamientos y armar tu propio “kit de bienvenida” para uno de los momentos más intensos y transformadores de tu vida.

¿Por qué es importante prepararse con anticipación?

Una preparación adecuada para el parto influye de manera positiva en el físico y emocional de la madre. Como señaló Vanessa Castillo, decana adjunta de la carrera de obstetricia de la Universidad Científica del Sur a brinda una serie de herramientas que permiten afrontar con mayor seguridad el trabajo de parto, disminuye la ansiedad y refuerza la confianza frente a lo desconocido.

Además, permite organizar con anticipación todo lo necesario para una estancia hospitalaria más cómoda, contribuyendo así a una mejor evolución del proceso. En el plano emocional, también favorece una y fortalece el control sobre la situación, lo que se traduce en una vivencia más tranquila, consciente y empoderada para la madre y su entorno cercano.

Tener lista la maleta entre la semana 34 y 36 reduce el estrés y permite responder con tranquilidad si el parto se adelanta.
Tener lista la maleta entre la semana 34 y 36 reduce el estrés y permite responder con tranquilidad si el parto se adelanta.

Si bien se espera que los , es decir, entre la semana 37 y 40, lo cierto es que, ya sea un parto vaginal o una cesárea, el nacimiento puede adelantarse. Por eso, como destacó la ginecóloga Silvana Medrano, de la Clínica Ricardo Palma es fundamental estar preparados con anticipación, lo que implica tener lista la maleta del hospital algunas semanas antes de la fecha probable de parto.

“La planificación anticipada de lo que se debe empacar para el parto es clave para optimizar la experiencia materna y neonatal. Preparar la maleta con suficiente antelación, idealmente entre la semana 34 y 36 de gestación, permite reducir el y facilita una respuesta oportuna ante un inicio inesperado del trabajo de parto, asegurando que tanto la como el recién nacido cuenten con los insumos necesarios para una atención segura y confortable. Sin duda, pensar con tiempo en qué llevar ayuda a evitar olvidos en un momento emocional y físicamente demandante, y ofrece tranquilidad tanto a la madre como a su entorno cercano”, aseguró la doctora Melissa Montesinos, sub gerente de Salud y Bienestar de Pacífico Salud.

¿Qué empacar para el parto?

Para la madre

Artículos básicos e indispensables:

  • 2 camisones o pijamas cómodas y abiertas por delante para facilitar la lactancia (según la estación: algodón, polar, etc.)
  • Bata ligera (también abierta por delante)
  • Ropa cómoda y holgada para el alta
  • Ropa interior de algodón o desechable (3 a 5 unidades, idealmente postparto con soporte abdominal)
  • Sostén de lactancia (1 o 2 unidades)
  • Pantuflas antideslizantes o sandalias cómodas
  • Medias
  • Toallas higiénicas postparto o pañales para adultos (4 unidades aprox.)
  • Pads absorbentes para lactancia
  • Cepillo y pasta dental
  • Jabón y shampoo
  • Desodorante
  • Peine
  • Extractor de leche pequeño (opcional, según preferencia)
  • Faja abdominal postparto (si fue recomendada por el médico)

Extras que hacen la diferencia:

  • Almohada personal
  • Cojín de lactancia
  • Crema, loción o perfume suave (agradable y no invasivo para el bebé)
  • Difusor o humidificador pequeño con aroma suave
  • Vela aromática pequeña (solo si el entorno lo permite y es seguro)
  • Música relajante con audífonos
  • Parlante pequeño para escuchar música durante el trabajo de parto
  • Fotografías familiares o algún objeto personal con valor emocional
  • Snacks saludables (frutos secos, barritas de cereal, etc.)
  • Botella reutilizable o termo para agua o infusiones
  • Cámara de fotos (si se desea registrar el nacimiento)
  • Cargadores de celular y cámara

Para el bebé

  • 2 a 3 mudas de ropa (enterizos o bodies de algodón)
  • 1 conjunto abrigador de polar o lana (no debe ir en contacto directo con la piel; usar siempre una prenda de algodón debajo)
  • Gorrito de algodón
  • Medias de algodón
  • Guantes de algodón
  • Baberos
  • Ropa de salida (adecuada al clima y transporte)
  • Toalla de baño suave
  • Jabón y shampoo con pH neutro, sin fragancias
  • Toallitas húmedas sin alcohol
  • Crema para escaldaduras o dermatitis del pañal
  • Artículos para el cuidado del cordón umbilical
  • 12 a 15 pañales de recién nacido (considerar llevar 2 o 3 unidades de una talla más grande por si el bebé nace con mayor peso)
  • 1 manta de algodón
  • 1 manta más gruesa o abrigadora (según la estación)

Documentos que no deben faltar:

  • Documento Nacional de Identidad (DNI) de la madre: Para la identificación y trámites administrativos.
  • Carné de control prenatal o carné perinatal: Incluye antecedentes médicos y seguimiento del embarazo.
  • Resultados de exámenes recientes:  Como análisis de sangre, ecografías u otros estudios importantes.
  • Órdenes médicas relevantes: Diagnósticos, recetas, o indicaciones médicas vigentes.
  • Carné de vacunación: Especialmente si se ha recibido alguna vacuna durante el embarazo.
  • (si se tiene): Documento con las preferencias de la madre sobre el proceso de parto y postparto.

“Es importante llevar todos estos documentos organizados en un folder o mica transparente, para facilitar su entrega al personal de salud, especialmente en caso de emergencia o si se acude a un centro distinto al del control prenatal”, indicó la doctora Medrano.

Más que cosas, el bolso lleva cariño, comodidad y preparación. Incluye todo lo que necesitarás la madre, el bebé y el acompañante para vivir ese momento con mayor tranquilidad.
Más que cosas, el bolso lleva cariño, comodidad y preparación. Incluye todo lo que necesitarás la madre, el bebé y el acompañante para vivir ese momento con mayor tranquilidad.

Para la pareja o acompañante:

  • Ropa cómoda y abrigo
  • Artículos de higiene personal
  • Snacks y agua
  • Celular y cargador
  • Documentos de identidad y copia de los documentos médicos necesarios
  • Lista de contactos de emergencia
  • Objetos para pasar el tiempo, como un libro o una tablet

De acuerdo con la especialista de la Universidad Científica del Sur, la presencia de la pareja o acompañante no se limita a llevar cosas, sino que implica una preparación integral. En primer lugar, es importante que esté bien informado, lo que significa que, debe asistir a las sesiones de psicoprofilaxis obstétrica para aprender cómo y cuándo brindar apoyo durante el trabajo de parto, así como técnicas de respiración y masajes que pueden ayudar a la gestante.

También es clave la preparación emocional, que le permita gestionar sus propias emociones para mantener la calma y ofrecer contención en un momento tan importante. Además, debe estar familiarizado con su rol logístico: colaborar en la preparación de la maleta de la madre y el bebé, conocer los documentos requeridos y planificar las rutas hacia el centro de salud.

“Ante todo, debe acudir con disposición emocional y actitud de apoyo, ya que su presencia y acompañamiento son fundamentales en este proceso”, enfatizó Wendy Gutiérrez, ginecóloga de Clínica Internacional.

¿Cuáles son los errores más frecuentes al empacar?

Uno de los errores más comunes al preparar la maleta para el momento del parto es empacar en exceso, incluyendo objetos innecesarios como sonajas, maquillaje o demasiada ropa tanto para la madre como para el bebé. Según la doctora Gutiérrez, muchas personas tienden a llevar cosas que no utilizarán, lo que puede generar incomodidad y desorden.

Otro fallo habitual es olvidar elementos esenciales, como documentos importantes o artículos de higiene personal. Vanessa Castillo advirtió que estas omisiones pueden generar retrasos o complicaciones, especialmente si se necesita identificar alguna condición de riesgo en la gestante.

Informarte, hablar sobre tus miedos y practicar la calma te ayudará a vivir el parto de forma más consciente, empoderada y conectada con tu bebé.
Informarte, hablar sobre tus miedos y practicar la calma te ayudará a vivir el parto de forma más consciente, empoderada y conectada con tu bebé.

También es un error dejar la preparación para último momento o no contemplar las necesidades del bebé o del acompañante. Sin embargo, Medrano añadió que, si bien es importante organizar todo para la clínica, no hay que olvidar que se regresará pronto a casa.

“Si algo se olvida, no hay motivo para angustiarse, puesto que siempre hay formas de solucionarlo, ya sea comprando lo que falta o pidiendo ayuda. Lo más importante es mantener la calma y no convertir este proceso en una fuente de estrés o discusión. Empacar para el parto debe ser parte de una experiencia que se disfrute y se viva con tranquilidad”.

¿Cómo prepararse emocionalmente para el parto?

, ansiedad o incluso cansancio en los días previos al parto es algo completamente normal. Como explicó la doctora Castillo, estas emociones suelen aparecer por la del proceso, el temor al dolor o a posibles complicaciones, y la preocupación por la salud del bebé. Pero también se mezclan con una enorme ilusión por conocer, por fin, a ese nuevo ser que está por llegar.

Por eso, prepararse emocionalmente es tan importante como alistar la maleta para el hospital. Una buena actitud mental puede marcar una gran diferencia: cuando la futura mamá está tranquila, su cuerpo produce menos adrenalina (una hormona relacionada al estrés) y más que es la que ayuda a que las contracciones ocurran de forma más natural. En otras palabras, si la mente está en calma, el cuerpo también responde mejor.

Existen muchas formas de lograr ese equilibrio. La obstetra recomendó informarse bien sobre el parto y el posparto, practicar y relajación, salir a , hacer y, sobre todo, hablar. Compartir dudas en espacios seguros, con profesionales o con otras mamás, ayuda a disminuir el miedo y sentirse más acompañada.

“Muchas mujeres viven esta etapa con una mezcla de ilusión y temor, y hablar sobre esas emociones es fundamental. Algo tan simple como hacer una lista de preguntas y llevarlas a la consulta médica puede brindar claridad, tranquilidad y seguridad. Esa confianza se traduce, muchas veces, en una experiencia de parto mucho más llevadera”, expresó la ginecóloga de Clínica Internacional.

Al final, es importante tener en cuenta que, prepararse emocionalmente no significa eliminar los miedos, sino aprender a gestionarlos, rodearse de buena información y sentirse contenida. Porque cada parto es único, pero sentirse en paz hace toda la diferencia.

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