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Subido en una banca, agitando su camiseta crema y rompiéndose la garganta, Rodrigo Ureña canta y celebra al fin. “Merengue solo sirve ganar, cada partido es una final”, grita ese león que a veces es volante y que defiende con la garras a su familia. Ese hogar se convirtió ayer en una locura en las tribunas y se trasladó hasta los vestuarios donde los jugadores celebraron que Universitario de Deportes llega con vida y chances a la última fecha de la Copa Libertadores. Se van saldando cuentas y el camino se va llenando de ilusión.